El programa, desarrollado por Aramark en su casa matriz en Estados Unidos e implementado en Chile desde el año 2015, tiene como objetivo que el desecho generado represente como máximo el 2% de la cantidad de comida consumida. “El despilfarro de comida tiene un alto impacto en el medioambiente. Según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), alrededor de un tercio de la producción de alimentos para el consumo humano en todo el mundo es desperdiciado, lo que equivale a 1.300 millones de toneladas al año aproximadamente”, explicó Andrea Alcántara, Directora OpX, Aramark Sudamérica.
El desperdicio no es sólo de comida, sino que también existe un exceso de recursos destinados a la producción de alimentos, un uso innecesario de espacios en vertederos y emisiones de gases y líquidos contaminantes. Por esta razón, de acuerdo al protocolo del programa se realiza un monitoreo diario que consiste en recolectar los desechos orgánicos, pesarlos, registrarlos y analizarlos para finalmente ingresar la información recolectada a una plataforma diseñada para este fin. “El Programa Waste Reduction facilita la visibilidad de una oportunidad de mejora en nuestro impacto en el medio ambiente a través de mejorar la gestión de la bodega y nuestra proyección de demanda y tendencia.” agregó Alcántara.
A su vez, el programa impacta directamente en la concientización de los trabajadores, quienes reciben capacitaciones relacionadas con el correcto manejo de la materia prima y el impacto de los desechos.
Por esta razón, el proceso de capacitación del programa jugó un papel fundamental. “Este programa cuenta con módulos de capacitación, entrenamiento e instructivos a los líderes operacionales que transmiten los conceptos y beneficios de disminuir los desechos orgánicos. De esta manera, buscamos generar conciencia en nuestros trabajadores”, puntualizó Alcántara.
Como resultado de esta implementación, Aramark ha aplicado diversas acciones correctivas en las áreas de Bodega, Producción y Servicio de sus instalaciones, evitando sobre stock de materias primas y sobreproducción y realizando un ajuste en las tendencias futuras que permite lograr un mejor control de la producción.
De esta manera, se alcanzó una disminución considerable en el volumen de residuos orgánicos, registrando un 4% de desechos en 2015 cuando se instaló el programa versus un 1,78% en 2017.
Los beneficios no sólo se ven en la reducción de desechos, sino también en el equipo de trabajo, ya que “la finalidad de obtener un impacto positivo para el medioambiente ha generado cambios en el equipo. Ahora, nuestros trabajadores son más conscientes, y hemos notado gran orgullo por ser generadores de cambio”, añadió Andrea Alcántara, Directora OpX, Aramark Sudamérica.